Conjeturas


Política

Escolios (prescindibles) a una interpretación electoral implícita

2023-07-24 4 Comentarios

En las elecciones de ayer, de los partidos con implantación en todo el estado, la derecha ha obtenido el 45% de los votos y la izquierda, el 44%. Pero, simplificando hasta el extremo, el voto de izquierdas y el de derechas están prácticamente empatados. Esa no es la única variable, claro; del orden de un 7% del electorado ha optado por partidos nacionalistas o independentistas, incluso bajo una polarización máxima en el panorama general.

Los cambios a corto plazo en los resultados electorales obedecen, en lo esencial, a tres factores: (1) voto táctico en función de las expectativas (lo que se viene llamando, mal, voto útil), (2) voto diferencial en función del ámbito electoral (general, autonómico o municipal), y (3) grado de movilización del electorado; el castigo suele traducirse en abstención y el deseo de desalojar al rival, en participación. A largo plazo hay, sin embargo, cambios en la orientación del voto, pero de forma muy gradual.

En unas elecciones no se trata necesariamente de ganar. Si no se gana con mayoría absoluta, ha de poderse articular una mayoría alternativa a la que consiga armar el partido rival. En eso consiste la centralidad política; es un bien muy preciado, aunque resulte difícil de valorar por el electorado y, en ocasiones, por los partidos.

Para quienes no aspiran a gobernar, porque no pueden o porque no es su objetivo, lo importante es ser decisivos. Eso da la medida de la influencia política.

Al comienzo de la campaña publiqué esta predicción en tuiter:

Explico mis razones a continuación.

No den a Sánchez Castejón por muerto (políticamente) aunque lo vean ustedes en un ataúd (político).

Me dijo un psiquiatra con el que tengo alguna relación profesional –no del tipo de la que quizás usted esté pensando– que Sánchez era una triada oscura de libro. De ser cierto, eso explicaría muchas cosas.

El entonces secretario general del PSOE visitaba en junio de 2017 la Feria del Libro de Madrid cuando me lo encontré junto a una caseta. He recortado la foto para evitar sacar a los adolescentes que le habían pedido hacerse un selfi.

Aznar gobernó al segundo intento, aunque la derecha mediática nos había convencido a casi todos de que lo conseguiría al primero. Rajoy lo consiguió al tercero, aunque es cierto que en el primero se lo puso muy difícil su compañero de gobierno Acebes y su jefe, Aznar, a cuenta de las mentiras sobre el atentado yihadista en Madrid justo antes de las elecciones. Casado no lo consiguió ni en dos intentos sucesivos.

Este era el primer intento de Feijóo. Además, creo que no ha llegado el momento de que la extrema derecha declarada esté en el gobierno de España. Eso, más que otra cosa, ha movilizado al electorado de izquierda, aunque confieso que no lo veía así hace unas semanas.

El PP necesita reagrupar en su seno a esa extrema derecha, como en su día consiguió Aznar. Será difícil que llegue a gobernar mientras VOX mantenga un nivel de voto significativo y su apoyo al PP le resulte esencial.

Sánchez acertó convocando elecciones anticipadas. Se quitó de en medio un verano y, sobre todo, un otoño que lo habría laminado. Y puso en evidencia la necesidad y la disposición favorable del PP para contar con VOX para gobernar.

El electorado, en general, prefería a Sánchez como presidente del gobierno que a Feijóo, a pesar de la fenomenal campaña en su contra por parte de la derecha mediática. Eso, de una forma o de otra, debía tener su reflejo en el resultado y ponía, a mi entender, en cuestión las previsiones de la mayoría de encuestas preelectorales.

La extrema izquierda –me refiero a Unidas Podemos– protagonizó, en los meses anteriores a la campaña, un culebrón más propio de dramas y dramones adolescentes que de responsables políticos de primer nivel.

Aunque el drama ha podido reducir el apoyo a Sumar, paradójicamente, ha beneficiado al PSOE, porque ha recibido un voto, y obtenido los correspondientes escaños claves (seis o siete) que, de otra forma, podían haber caído del lado de la derecha en circunscripciones pequeñas.

La derecha mediática es muy impaciente y puede intentar desplazar a Feijóo (el amigo de “contrabandistas”) y promover a IDA. Pero creo que el «abogao» tiene razón:

No obstante, incluso aunque IDA fuese la próxima candidata del PP, no creo que su personalidad (su personaje) tenga fuera de Madrid, y salvo en un electorado muy especial, el apoyo que le puede permitir llegar a presidir el gobierno. Aunque es cierto que su guionista es excelente y ella no solo es una intérprete excepcional, también es extremadamente inteligente.

Para formar gobierno, Sánchez necesita el apoyo de ERC, EHBildu y EAJ/PNV y, además, de la abstención de Junts. El precio de estos apoyos es muy alto. Creo que el de Junts será, de hecho, inasumible por el PSOE. Lo pensaba cuando aposté por la repetición de las elecciones a fin de año, y lo sigo pensando ahora.

Discrepo en este punto del «abogao».

Es cierto que esto podría desmovilizar a la izquierda, pero no tiene por qué ser así. Las condiciones de partida no serían peores para ella que ahora, aunque el desgaste a que los medios someterán a Sánchez quizás sea excesivo.

¿No lo será también el de Feijóo? ¿No se dirá de él que ha desperdiciado una oportunidad excelente? ¿No le pasarán una factura mayor sus medias palabras sobre sus amistades de yate? Además, Feijóo tiene evidentes déficits retóricos.

Si se repiten las elecciones, ni Sánchez cometerá el error de menospreciar a su rival en los debates televisivos, ni Feijóo el de no ir bien forrado a entrevistas difíciles. O. sencillamente, las evitará.

Nota: el título de esta anotación es un (cuasi)plagio. Copia el de una colección de aforismos del genial Nicolás Gómez Dávila (Escolios a un texto implícito), un escritor conservador colombiano del siglo pasado, fuerte crítico de la modernidad –pero nada posmoderno–, cuyos escolios me divierten muchísimo y me obligan a pensar.



4 Comentarios En "Escolios (prescindibles) a una interpretación electoral implícita"

  1. Masgüel
    2023-07-24 Responder

    En España no elegimos gobiernos, sino a los miembros de las cámaras. Feijóo pagará el bloqueo a su investidura con un bloqueo legislativo. Aunque Sánchez consiga formar gobierno, el Senado frenará cualquier propuesta de ley. ¿Conceder un referendum en Cataluña por cuatro años legislando a base de decretos?. Muy caro. ¿Más que arriesgarse a un descalabro definitivo en diciembre y cambiar la primera fila en el Congreso por el pleno en el Consejo de Estado?. Hoy nadie se ha acostado contento.

    • conjeturas
      2023-07-24 Responder

      En efecto, nadie se ha acostado contento, salvo Puigdemont. Pero esto de las elecciones va de expectativas, y las expectativas de unos y las de los otros no eran las mismas. Precisamente por las razones que apuntas (bloqueos varios) creo que habrá elecciones a fin de año o, quizás, a finales de 2024, en el improbable caso de que Sánchez consiga la investidura en septiembre u octubre.

  2. Jose Maria
    2023-08-05 Responder

    Me parece un juicio muy acertado, y teniendo en cuenta los tweets que precedían el 23j en cierto grado profético. Ahora el único cambio sería que hace falta el sí de Junts (no solo la abstención) con lo que la hipótesis general del post se confirma si cabe más aún.
    Añado el mensaje que saco yo. si quieres ganar las elecciones, reconoce de una vez por todas que España es lo que es: plural. El nacionalismo catalan y vasco será decisivo porque el mensaje de la posible involucion de las autonomías activo las alarmas de una parte importante de la población tanto en Catalunya como en Euskadi. Interesante y significativo fue que un buen mordisco de ERC se lo llevara PSC: es un mensaje nítido: la política posibilista o dialoguista con el nacionalismo, gusta más… está más “centrada” o tiene más “seny” que la postura de defender una supuesta nación uniforme a todos los niveles: social, lingüístico, cultural, político. Nada más lejos de lo que en realidad somos, sin juzgar si estaría mejor estar más unidos en ciertos aspectos o en la necesidad de adelgazar el aparato funcionarial lleno de duplicidades y de abusos. Todo eso habrá que conseguirlo pero solo el que ofrezca diálogo podrá gobernar: ya sea porque atrae votantes de otros lados del espectro, o porque una vez la aritmética se pone en juego, son los más aptos para tender puentes.

    • conjeturas
      2023-08-05 Responder

      Gracias, José María.
      Algunas de esa ideas, en mi anotación de hoy sábado.