Cinco canciones para una vida
Hace dos meses Maider Martín, del programa Boulevard de Radio Euskadi, me pidió que escogiese las cinco canciones de mi vida y que explicase el porqué de haberlas escogido. Después (el 23 de marzo), Xabier y Maider me sometieron a un tercer grado musical en directo (el programa se puede escuchar aquí, son unos 20 minutos). Han hecho lo mismo con el resto de colaboradores del programa que se han prestado a ello. Es un curioso ejercicio, muy exigente, porque elegir es renunciar, y es difícil renunciar a ciertas canciones que están vinculadas con momentos o etapas especiales. Pero ahí radica el interés del ejercicio. Estas son mis cinco (+ una) canciones y sus porqués.
Noche de Rock & Roll (Barricada)
Esta canción es del primer disco del grupo, grabado (en dos días) en 1983.
Terminé la carrera en 1982. En 1983 empecé la tesis. Esta canción es emblemática para una generación a la que nos encantaba el Rock & Roll. Yo venía de escuchar a Slade, Miguel Ríos, Lou Reed, Bruce Springsteen, Rosendo, The Clash, y otros. Barricada me sigue gustando hoy; es el grupo de rock en español que más me gusta.
Esta es la canción de una época y de una etapa sin demasiadas preocupaciones fundamentales y con toda una vida por delante. No es la que más me gusta del grupo pero fue la primera.
School Days Over (versión de Mary Black)
Canción del cantautor británico Ewan MacColl. MacColl era comunista, un rasgo que se percibe en las canciones que compuso. Se han hecho muchas versiones de esta canción (entre otros, por The Chieftains y Dubliners). Esta, de Mary Black, es la que más me gusta. La descubrí por casualidad en un disco grabado en directo en el Olympia de Dublín en 2003. La escuché mucho en el periodo de rector (2004-2008) en un walkman con el que subía y bajaba andando casi todos los días de casa al rectorado. Ya no hay walkmans en nuestro mundo.
Es tremenda. Habla de la entrada en la edad adulta y, más en general, del viaje hacia el desamparo que es la vida. Le dediqué una entrada en el blog. Léala, es cortita; verá por qué la he incluido en esta lista.
Sustraiak han dituenak (Mikel Laboa)
Este es un poema de Joseba Sarrionandia. Mikel Laboa el puso música y lo interpretó. Para la grabación del disco lo recitaron Galinda Nedelko, Beatriz Muñoz, Thamer Birawi y María Bastida. Se publicó en Xoriek 17 (2005).
Nunca he dejado de sentirme un emigrante. Inmigrante, no; emigrante. No he superado del todo el trauma que me supuso dejar la luminosa, cálida y especialmente hermosa ciudad de Salamanca para venir con nueve años, en un viaje delirante en autobús en 1970, a una ciudad fea, oscura y lluviosa. Me sentí desterrado y desesperado. El tiempo lo cura todo y un mes fue suficiente para curar aquel desarraigo (lo que se tarda en hacer amigos con nueve o diez años de edad). Desde entonces he sido (razonablemente) feliz en los dos márgenes de la ría del Nervión (Rekalde, Santurtzi y Leioa); quizás por eso no me siento inmigrante; por eso y porque (casi) siempre he sido muy bien tratado; me he sentido valorado y querido. Pero nunca he dejado de ser aquel chaval de nueve años que, muy a su pesar, tuvo de salir de su tierra, un emigrante.
Pequeño vals vienés (versión de Silvia Pérez Cruz)
Este es un poema (escrito en 1929 o 1930) de Federico García Lorca (Poeta en Nueva York, 1940) convertido en canción por Leonard Cohen (en Poets in New York; 1986). Descubrí Take this Waltz –que es la versión que escribió Cohen del poema de Lorca– cuando tuvo que volver a los escenarios por aquellos “financial inconveniences” que le dejaron sin un dólar. Hay muchas versiones de esta canción.
Es un poema de amor surrealista, como correspondía a la época del autor, pero de amor, pérdida y añoranza. Pocas canciones de amor me han conmovido tanto. La versión de Pérez Cruz (de 2014) es sublime.
Palabras para Julia (versión de Los suaves)
Otro poema, este de José Agustín Goytisolo, dedicado a su hija Julia, y grabado en 1969 por Paco Ibáñez en el Olympia de París. Hay unas cuantas versiones. Las que más me gustan son las de Rosa León y esta de Los suaves (de 2000). Aunque dedicado a la hija de Goytisolo, se convirtió en un himno (contra la adversidad) de la generación anterior a la mía, la que (dicen que) se enfrentó a Franco.
Yo la he recuperado este año en esta versión de Los Suaves, que desconocía, al pensar en mis hijos, en su propio camino hacia el desamparo, en lo duro que les resultará lo que tienen por delante, y en mi deseo más profundo de que lo sepan superar.
Bonus Track: I´d rather go blind (versión de Beth Hart y Joe Bonamassa)
Como esto no es un programa de radio de duración tasada, me he permitido añadir la canción que me ha acompañado en los últimos meses. Ha sido todo un descubrimiento tardío. Es una canción de amor. Podría decirse que como otras muchas, pero la interpretación es impresionante. Beth Hart es una mezzo increíble. Y como otras mezzos que se han dedicado a esto del Rhythm & Blues, parece no haber tenido una vida demasiado fácil. Sea como fuere, esta versión en directo me tiene atrapado.
La memoria tiene cosas raras. Por eso es muy probable que la forma en que percibí estas canciones en su momento sea muy diferente de cómo las percibo ahora. Estas canciones, salvo la última, son las que ahora recuerdo como más significativas, aunque quizás no lo fueran tanto en su momento. Es posible que otras me gustasen más. Pero la vida es la memoria, así que son estas las que valen. Que ustedes las disfruten al menos la décima parte de lo que las disfruté (y disfruto) yo.
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