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Cultura

La vuelta al país de Elkano: lo local y lo global se confunden, para bien

2023-02-18 2 Comentarios

Ander Izagirre ha escrito un libro interesante, entretenido, instructivo y hermoso. La vuelta al país de Elkano.

El libro narra una vuelta ciclista –con un único participante– en ocho tramos, con dos desplazamientos en tren intercalados, a un espacio que es el país de los vascos y se extiende por los siete territorios en que se habla el euskera. La vuelta al país de Elkano funciona como epítome de la vuelta al mundo que completó Elkano en septiembre de 1522, junto con otros diecisiete navegantes, los únicos que llegaron con vida al puerto de Sanlúcar de Barrameda, del que había salido la expedición de la que formaba parte tres años antes.

El título –y el mismo libro– funciona como epítome porque a lo largo del texto, Ander evoca pasajes significativos de aquella primera vuelta al mundo y los relaciona con los asuntos de los que se ocupa, que pueden hacer referencia a nuestra época o también al pasado de los vascos. Todos los temas que trata son enjundiosos. Y todos los temas, o casi todos, por locales que puedan parecer, en realidad también son globales. Lo local y lo global, en este libro, se confunden para bien.

El libro es entretenido, ameno. Ander es un narrador excelente y, aunque se le suele atribuir la condición de periodista y escritor –oficios ambos que ejerce de forma brillante–, siempre lo ubico en la casilla de reporteros. Quizás es hilar demasiado fino, pero al fin y al cabo, es el único reportero que conozco personalmente, y de algo ha de servirme tal circunstancia. Las primeras noticias que tuve de él –a través de twitter (para que luego digan de la red de los trinos)– las tuve en calidad de reportero. Ha visitado los lugares más remotos e inaccesibles del mundo y lo ha contado en diferentes soportes: libros, artículos de prensa, artículos en revistas especializadas o, también en su propio blog. Escribe de lugares fabulosos, espectaculares, duros, extraños, pero, sobre todo, Ander escribe de personas. La gente, personas concretas, son los protagonistas, directos o indirectos de las cosas que relata, de los paisajes que describe.

Ander maneja muy bien la paradoja. En La vuelta al país de Elkano prodiga, porque lo exige el tono y propósito del texto, las que tienen que ver con las no pocas tradiciones vascas de invención reciente, más de los que cualquiera podría pensar. Desde el origen de la trainera y sus regatas, hasta el consumo ancestral del pimiento de Ezpeleta, nos encontramos a lo largo de las páginas del libro con ejemplos como esos, brillantes. Las paradojas lo son porque delatan contradicciones, unas no demasiado trascendentes; otras algo más serias. Estas paradojas resumen a la perfección el espíritu con el que está escrito el libro.

Recurre a menudo al humor, sobre todo cuando dirige la mirada hacia pequeñas miserias que nos aquejan, y también, y muy especialmente, para (des)calificar la visión etnocéntrica de quienes muestran, con su actitud, un desprecio ridículo por las culturas diferentes a la suya, sobre todo si son pequeñas. Pero hay temas en los que no hay humor que valga: la forma en que aborda el trato que reciben las personas que llegan hasta nosotros desde África buscando un lugar donde vivir y su manipulación política es, a la vez, impecable e implacable.

El libro es instructivo. Da mucha importancia a la geografía. La geografía, como la geología –su antecedente– y el paisaje –su consecuente– importa. Enseña aspectos de la historia vasca, española y occidental bajo una mirada diferente, perspicaz, muy inhabitual. Ander muestra, por ejemplo, hasta qué punto todo el País Vasco, y no solo la franja costera, ha experimentado el influjo de la exploración y explotación de los mares. Nos enseña también que el pasado importa mucho. Por ejemplo, eso del comercio de esclavos, el infame comercio tricontinental, no fue cosas solo de negreros y esclavistas del profundo sur de los Estados Unidos; estuvo, de hecho, en la base de la formación de algunas grandes fortunas que han perdurado hasta nuestro tiempo en Vasconia. Y que muchos de los problemas y aberraciones del presente –como el trato que reciben los inmigrantes a que me he referido antes, por ejemplo– tienen antecedentes en nuestra historia.

Y es un libro hermoso. La mirada de Ander es escéptica, crítica en ocasiones; pero, a la vez, comprensiva. No hay asomo de complacencia, pero (salvo excepciones muy justificadas) tampoco hacen sangre sus dardos. Desmitifica, eso sí, algunos aspectos del pasado de los vascos, a la vez que reivindica logros indudables de una civilización que, mucho antes de lo que imaginábamos algunos –yo, al menos– ya extendía su radio de acción más allá de lo que otros pueblos marineros habían hecho en su época.

Es hermoso porque esa mirada escéptica y comprensiva a la vez, es compasiva con las personas. No igual de compasiva con todas, por supuesto, pero sí con aquellas que, de forma no demasiado notoria pero efectiva en su modestia, han contribuido y contribuyen a hacer del mundo un lugar mejor para vivir. Las hubo en el pasado y las hay hoy. Pasan por las páginas del libro con discreción, pero dejan un poso que perdura.

Para este cronista que, como es sabido, se tiene por vasco de Salamanca y que, como ha declarado aquí mismo, se siente patriota de un espacio triangular de sabores, paisajes y gentes, el libro de Ander ha puesto su ladrillo o bloque de arenisca para reforzar el flanco vasco de su identidad. Lo he leído entusiasmado. Se lo pueden preguntar a mi mujer; lo confirmará. Me han acercado más a un país al que a veces no siento tan propio como –a estas alturas– quizás debiera sentir.

Lean el libro. Léanlo si viven en el país de Elkano; quizás se vean a sí mismos de otra forma, más escéptica pero más real y, sobre todo, más amable. Y si no viven en este país, léanlo también. Como he dicho al principio, lo local y lo global, en este libro, se confunden para bien. Aprenderán muchas cosas interesantes. Las podrán aplicar, además, a sus propios países, territorios o comunidades. Y les hará pasar ratos estupendos.



2 Comentarios En "La vuelta al país de Elkano: lo local y lo global se confunden, para bien"

  1. Pedro
    2023-02-19 Responder

    Así lo haré,

    • conjeturas
      2023-02-19 Responder

      Espero haber acertado. Me interesará saber tu opinión cuando lo leas.


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