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Covid-19Sociedad

El filo de la navaja

2020-04-18 22 Comentarios

Las medidas de confinamiento y distanciamiento social para mitigar los efectos de la pandemia de COVID-19, y las recomendaciones para extremar las precauciones y la higiene persiguen evitar que nos contagiemos…  demasiado pronto y muchos a la vez. Pero, a medio y largo plazo, no evitarán que nos acabemos contagiando…   los que nos tengamos que contagiar. Y eso será así hasta que haya, si llega a haberla, una vacuna segura y eficaz contra esta enfermedad.

El SARS-Cov-2 es un virus con una grandísima capacidad de pasar de unas personas a otras; es más contagioso de lo que se pensaba al principio. Es posible, no obstante, que no todas las personas sean susceptibles; por eso he dicho que nos contagiaremos “los que nos tengamos que contagiar”, porque es posible que haya personas que no sean contagiables o que, de serlo, el virus no proliferaría en su organismo. Si, por lotería genética o por las razones que sean, no eres susceptible, miel sobre hojuelas. Lo malo es que no lo sabes.

Si se excluye a esas personas, el virus acabará llegando a todo el mundo…  hasta que haya tanta gente inmune, que la cadena de contagio se detenga o se ralentice muchísimo. Eso puede ocurrir de forma natural, después de que mucha gente se haya contagiado, haya superado la enfermedad y generado anticuerpos contra el virus[1]. Y también puede ocurrir de forma artificial, mediante una vacuna. No obstante, las dos posibilidades solo se materializarán a medio o largo plazo. Es muy difícil que haya una vacuna antes de un año, y la inmunidad obtenida mediante contagios masivos puede tardar en extenderse al porcentaje de población que haría falta para proteger al resto. Remarco estas cosas porque en todo esto la variable tiempo es muy importante.

Por lo que estamos viendo, una vez el virus entra en el organismo pueden pasar cosas diversas. A mucha gente no le hace nada o le causa poco daño. Muchos no llegan a mostrar síntomas de enfermedad siquiera; a esos los llamamos asintomáticos. A otros les provoca un fuerte malestar, con fiebre intermitente y tos. Y a unos pocos, por último, les provoca daños graves, normalmente en sus pulmones, pero también hay casos con afección a otros tejidos y órganos: sistema nervioso, sangre, o riñones. En un porcentaje muy bajo de los casos sobreviene la muerte. Y, por lo que vemos, eso es más probable cuanto más mayor se es y también cuando concurren otras circunstancias agravantes; la obesidad parece ser un factor de riesgo importante.

El problema es que, aunque el virus mate a un porcentaje muy pequeño de quienes contraen la enfermedad, es tal la capacidad que tiene para expandirse en la población, que la cantidad de personas contagiadas es muy grande y la de quienes han de ser hospitalizados también lo es. También es alto el número de ingresados en unidades de cuidados intensivos y el de fallecidos. Y siendo tan alto, además del drama que eso supone, los servicios de salud se saturan y pueden llegar a ser incapaces de cuidar, atender y tratar como es debido a las personas ingresadas. De suerte que llegan a fallecer personas que en circunstancias normales se habrían salvado. Por no hablar del riesgo al que se expone el personal sanitario por tener que trabajar en condiciones límite. Por eso es tan importante tratar de evitar que se contagie mucha gente en poco tiempo, porque de otra forma, el daño que causa la pandemia se acentúa.

De lo anterior me interesa mucho que quede claro que hasta que haya una vacuna (insisto en que puede tardar o, incluso, no haberla, de la misma forma que no la hay para el VIH), el virus seguirá circulando de unas personas a otras, por lo que no dejarán de producirse contagios durante meses. Insisto en esta idea porque mucha gente piensa que puede evitarse el contagio si se extreman las precauciones y la gente permanece en sus casas. Por eso no entienden que se relajen las medidas de confinamiento o atribuyen la decisión de aliviarlas al interés de las autoridades por satisfacer las demandas de los poderes económicos.

Para muchos, de hecho, la única opción moralmente aceptable es la que busca minimizar el coste en vidas humanas a causa de COVID-19 al precio que sea. Pero, si se ha seguido el argumento anterior, se entenderá que, de actuar de esa forma, bajo ciertos (quizás no tan pesimistas) supuestos podría ocurrir que nunca pudiésemos volver a la “vida normal”. La razón es que bajo condiciones muy estrictas de confinamiento y distancia entre personas, los contagios llegarían prácticamente a desaparecer, por lo que apenas aumentaría el número de personas inmunes, y habría que esperar a la vacuna para poder retornar a la vida normal. Recordemos que, en el mejor de los supuestos, pasarían varios meses -seguramente más de un año- antes de poder contar con ese instrumento. Hay otra variante posible, que podría mejorar la situación: la que pueda introducir un buen tratamiento antiviral, pero esa solución es, a día de hoy, aventurada, si bien es cierto que hay numerosos ensayos clínicos en marcha con antivirales conocidos y un gran esfuerzo investigador en busca de otros nuevos.

El problema es que no es posible paralizar completamente, o reducir en una medida importante (pongamos que por debajo de dos terceras partes de lo normal), la actividad de un país durante varios meses. Aunque pueda resultar de Perogrullo, hay que recordar que para producir comida, aparatos, repuestos, y demás bienes debe haber personas desempeñando esas tareas. Y que para hacer llegar esos bienes a la gente, debe haber empresas que se los proporcionen, comerciando. Además, hace falta trasladarse, comer fuera de casa, administrar negocios, gestionar organismos públicos, guardar dinero, pedir créditos y otras cosas. A muchos también nos gusta ver películas, leer o visitar museos, tanto que la salud mental puede depender de esas “pequeñeces”. Otros deben formarse. En fin, hay multitud de tareas sin cuyo desempeño nuestras sociedades no podrían funcionar o lo harían de forma muy poco satisfactoria para sus integrantes.

En resumidas cuentas, es preciso mantener la actividad económica y el resto de actividades sociales lo más próxima posible a los niveles normales. De otra forma la sociedad colapsaría.

Muchos invocan el caso chino y alaban el hecho de que hayan mantenido durante largo tiempo el confinamiento total en la ciudad de Wuhan y la provincia de Hubei. Pero quizás no reparan en el hecho de que Hubei tiene una población que representa un pequeño porcentaje de la población china total. Sería como si se confinase a toda la Comunidad Autónoma Vasca mientras el resto de comunidades mantienen su actividad normal o casi normal. Un estado puede permitirse confinar al 5% de su población durante un periodo de tiempo largo, porque el 95% restante aporta los recursos necesarios para evitar el colapso. Pero no se puede mantener el confinamiento sine die. No es posible. Añadamos al cóctel el nada banal  hecho de que ocurra aquí lo que ocurra, el virus seguirá corriendo por el mundo. No cabe pensar en erradicarlo sin una vacuna efectiva en poco tiempo.

No. No es cierto que la única opción moralmente aceptable sea evitar a toda costa los contagios en cada momento y, por lo tanto, mantener el confinamiento durante todo el tiempo necesario para mantener el número de fallecimientos por COVID19 en un mínimo. No es la única opción moralmente aceptable porque las consecuencias de llevar a un país al colapso o, sin llegar tan lejos, de llevarlo a una depresión económica severa, serían tan o más gravosas aún en términos de salud pública y mortalidad. Una sanidad pública sin recursos (obtenidos de los impuestos que se obtienen de la actividad económica) que sostengan su funcionamiento se vería incapaz de tratar todo tipo de enfermedades potencialmente mortales pero curables o, al menos, cronificables. Los tratamientos contra el cáncer son carísimos, como son caras las intervenciones de todo tipo (de corazón, trasplantes, etc.) y las hospitalizaciones.

Por eso, la solución no es mantener cerrado el país durante tiempo indefinido, sino hacerlo hasta limitar los contagios al número que permite mantener la actividad asistencial en condiciones adecuadas (decir óptimas sería quizás mucho pedir) y sin someter a sus trabajadores al estrés extremo a que se han visto sometidos y al riesgo de contagiarse más allá de lo estrictamente razonable.

Las autoridades afrontan, como señalé en su día, la alternativa del diablo, pues se ven obligadas a optar entre dos alternativas muy malas porque no las hay buenas. Y lo más probable es que en los próximos meses basculen entre las dos, que son abrir y cerrar.

Viviremos, por lo tanto, en el filo de la navaja durante meses, con fluctuaciones en las cifras de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos. Las autoridades deberán observar con atención el curso de la pandemia; necesitarán datos fiables de personas contagiadas en cada momento y de quienes ya han pasado la enfermedad. Deberán reforzar los servicios de salud y los suministros de material sanitario y de protección. También necesitarán sistemas para trazar los contagios. Y en función de lo que vaya ocurriendo, ajustarán la severidad de las medidas de distanciamiento social y control de movilidad. Han de poner especial cuidado en la protección de las personas cuya condición las haga más vulnerables a los efectos del virus, pero sin recurrir al aislamiento social extremo. Esa especial protección facilitaría que no se contagiasen antes de contar con una vacuna o con tratamientos efectivos.

Un trabajo reciente en la revista Science estimaba que hasta 2022 sería necesario implantar medidas para restringir la movilidad y favorecer el distanciamiento, y todavía en 2024 habría que mantener la vigilancia porque podrían seguir produciéndose contagios. Lógicamente, si antes de entonces se dispone de vacuna efectiva, todos estos plazos se acortarán.

En lo que a la gente se refiere, tardaremos en disfrutar de condiciones normales de vida y relación social durante meses. No se celebrarán actos masivos ni se permitirán aglomeraciones. No sé en qué condiciones se podrán reanudar las clases normales en los centros de enseñanza, porque lo cierto es que en general, no estamos en condiciones de trasladar la actividad docente del aula al entorno virtual. Dudo que se puedan celebrar grandes eventos deportivos. Habrá durante meses limitaciones al desplazamiento entre países. El turismo de masas se pospondrá. Antes o después, pero de forma gradual, se implantarán sistemas para trazar los movimientos y los contactos de las personas mediante aplicaciones móviles. Todo esto, por sí mismo, acarreará una contracción económica sin precedentes y dejará unas secuelas sociales terribles. Por eso, la prudencia exige cuidado máximo con las decisiones y mínima improvisación. Decisiones imprudentes pueden acercarnos peligrosamente al precipicio.

Una última consideración. La situación que vivimos exige de la ciudadanía mucho sacrificio. Estamos viendo, además, que la respuesta social es, se diga lo que se diga, muy buena; se aceptan las consecuencias que se derivan de la situación, aunque hay quien lo está pasando mal. Para los niños, en concreto, esto es especialmente difícil; y para sus padres. También lo es para personas con problemas de salud o para quienes necesitan hacer ejercicio de forma regular. Las autoridades pueden cometer errores porque todos somos falibles; eso se puede aceptar. Pero lo que deben garantizar es transparencia. Deben informar con rigor de la situación y de las razones por las que se toman unas decisiones y no otras. El no hacerlo así induce a la generación y expansión de bulos peligrosos y mina la credibilidad de las instituciones. Ahora más que nunca necesitamos líderes, personas que se ganen la confianza del pueblo que gobiernan; pero confianza y credibilidad exigen seriedad, claridad y transparencia. Solo hace falta que nos traten como a personas maduras y responsables.


[1] Aunque a día de hoy hay dudas acerca del grado efectivo y duración de la inmunidad de quienes se contagian con este virus.



22 Comentarios En "El filo de la navaja"

  1. félix el gato
    2020-04-18 Responder

    El artículo mas valiente hasta la fecha. Dice:

    "La solución no es mantener cerrado el país durante tiempo indefinido, sino hacerlo hasta limitar los contagios al número que permite mantener la actividad asistencial en condiciones adecuadas (decir óptimas sería quizás mucho pedir) y sin someter a sus trabajadores al estrés extremo a que se han visto sometidos y al riesgo de contagiarse más allá de lo estrictamente razonable"

    Ayer en R. Euskadi en el programa científico de Eva caballero se apuntó que alguien del ámbito médico, supuestamente con cierta (autoritas se dice?), que quizá con un 40-50% de afectados, se produjera el efecto parón del contagio, el fenómeno epidémico. Pero no se sabe con seguridad, en otros organismos hablan del 80-90%.

    hace ya al menos 1 semama el Imperal College decia que en España podría haber 7 millones de afectados, el 50% son 23,5 millones. Seremos ya 10 millones?

    Yo creo que se podría hacer pero no se como. Confinar a la gente de riesgo, mientras los demás nos contagiamos, pero que en número escaso seriamos hospitalizados.

    ¿Por zonas, como de hecho ha ocurrido en China? pues quizá se podría empezar por zonas de bajo impacto de modo que si las cosas se disparan sea asumible por el sistema sanitario, y así ir disminuyendo o aumentando la velocidad, pero claro en grandes urbes?? En Giupuzkoa los etst dan postivo al 3% creo

    Yo ya dije en su día, cuando me duele la garganta me tomo un ibuprofeno y no desarrollo los catarros, que antes si desarrollaba, garganta, nariz rinitis y estornudos y por fin la tos seca. 1 mes. Eso si, sin fiebre, sin dolores de cabeza y sin pérdida ( algo si claro, con la narzi tapada...) de gusto olfato, que quiza, esto, el gusto y olfato no se, se puede dar como certificado del virus en conjunción con otros, al hilo de que casos son o no COVID 19. Esta circunstancia de la pérdida de olfato y gusto, no la había oido nunca con tanta contundencia. ¿Lo han probado? Ayer decía una afectada que empezó con dolor de garganta...pues igual si hubiera tomado uno 2 o 3 ibuprofenos,no mas, a su hora, no habría desarrollado el episodio ( en este caso leve, lo dieron en ETB).

    la infeeccion ocurre realmente en la garganta, que es donde se porduce la 1ª explosión reproductiva, y luego en algunos casos, pasa a una segunda explosion en los pulmones. Pues igual 1-2 ibupofenos machaca al COVID 19 en la garganta, como en mi caso al virus del catarro común que termina en tos.

  2. félix el gato
    2020-04-18 Responder

    Los médicos en los catarros dicen "bebe mucha agua", y sí, la tos se ablanda, la sintomatología pulmonar se alivia, yo lo noto inmediatamente, pero no un traguito, medio litro de agua, y unas flemas, no se de donde salidas porque antes no las tenía con la tos seca, fuera, y al de media hora otro medio litro ( 1/4 al menos), quizá tanta agua disminuya la posterior inlamación pulmonar. Lo del agua no lo digo yo, lo dicen los médicos miles de millones de veces. También eran los que mas fumaban ( los médicos) los que prescribían no fumar. Sin acritud.

  3. Pablo G. Vázquez
    2020-04-18 Responder

    Qué interesantes reflexiones.

    Gracias.

  4. Juan Carlos Gonzalez Perez
    2020-04-18 Responder

    Este debe de ser asesor del GV, lo que la OMS pidió a todos los poderes públicos era parar la expansión y que se tomasen rápido medidas de confinamiento y distanciamiento social para cortar la cadena de contagios test, test, test y controlar a todos los infectados hasta que diesen negativo, si no hay infectados o hay muy pocos el virus lo tiene difícil para prosperar, sobre todo si se atajan de raíz los posibles nuevos repuntes, pero parece que algunos han tirado la toalla desde el principio y ahora buscan la inmunidad de rebaño que igual ni es inmunidad ni es nada, y de la vacuna ya veremos. De qué nos sirve la economía y el país "funcionando" colapsaria más la sanidad, o quizás como ahora se abren ciertas industrias con el riesgo asumido que conlleva, pero el ocio, el turismo, la cultura, los espectáculos, el deporte cerrados a cal y canto con todo lo que eso supone de deterioro de la economía. Abramoslo todo como antes y que pase lo que tenga que pasar, es otra de esas alternativas del diablo que cita. Y en una situación de emergencia sanitaria yo prefiero pararlo todo y erradicar el virus pero quizás ya sea demasiado tarde en gran medida por la poca valentía y las chapuzas que han hecho los gobernantes por miedo a cerrar, otra alternativa del diablo, ahora pagaremos no durante unos meses, quizás durante bastante mas, hasta el punto de no poder volver a llevar la vida que llevavamos durante años.

    • conjeturas
      2020-04-18 Responder

      https://science.sciencemag.org/content/early/2020/04/14/science.abb5793
      https://science.sciencemag.org/content/368/6488/218

    • Joserra de la Mar
      2020-04-21 Responder

      Linka esas recomendaciones de la OMS, por favor

  5. PPNV
    2020-04-18 Responder

    Bah, un artículo que lo que intenta es afianzar y fortalecer las posiciones y las decisiones e intereses del Gobierno Vasco, Confebask y el PNV. Bueno, de hecho, las tres son una. Estos tres han sido, sin lugar a duda, en TODO el Estado los mayores valedores de empezar a poner a funcionar la maquinaria empresarial a toda marcha. El ex- rector solo intenta apoyar y ayudar a los suyos. De ahí esta artículo.

    • conjeturas
      2020-04-18 Responder

      https://blogs.deia.eus/conjeturas/2019/06/02/entimema/
      y ya si eso:
      https://science.sciencemag.org/content/early/2020/04/14/science.abb5793
      https://science.sciencemag.org/content/368/6488/218

  6. Esther Vicente
    2020-04-18 Responder

    Me parece que no conoces a Juan Ignacio en absoluto, es más, creo que ni siquiera te has leído el artículo, porque si no, no se entiende el comentario.

  7. Sabino
    2020-04-18 Responder

    La pregunta es si metece la pena vivir como un enfermo para morir sano wue tantas veces se ha hecho a lo largo de la Historia.
    Las sociedades han tenido que asumir riesgos pues de otra manera habrian permanecido estancadas provocando su desaparicion. Digo asumir riesgos y no lanzarse, como ciertos lideretxus lectores de cartulinas, a repetir lo que le cuentan al oido los Mr Scrooge de turno, sin ser capaz de tener una iniciativa propia.
    La OMS dice muchas cosas pues abarca todo el Orbe y las situaciones son muy diferentes, de ahi que desaconseje el confinamiento en zonas depauperadas pues mejor morir uno enfermo por el covid que no todo el pueblo de hambre.
    Lo que es una contradiccion y bellaqueria flagrante es acelerar y estimular que vayamos a los centros de trabajo, al mismo tiempo que se prohibe tajantemente salir a dar una vuelta a orearse, o se nos indique que lo del vermu y las rabas dominicales han pasado al baul de los recuerdos.
    Por no hablar de la tirania descarada de que solo decidan los mas melones sin participacion en las decisiones del conjunto de la poblacion. Por no contar no cuentan ni con el Parlamento a cuyas elecciones habia algunos tan animados a realizarlas contra viento y virus.

  8. félix el gato
    2020-04-18 Responder

    A cuenta de la tos seca ( nocturna) que yo padecía en mis catarros. Lo pasaba mal mal. No pegaba ojo. Literal. Por el día apenas. Era increible. Me imagino que el médico no me creía. Iba remitiendo con 1-2 semanas claro, se iba ablandando, pero curación total, incluida la-ssemana-s de "hondarras" 1 mes, o mas.

    Bien, pues me decía ójala podría aspirar aire húmedo fresco, porque el baño turco momentáneamente bien, flemas y tal,pero al ser caliente, al de poco otra vez la tos seca.

    Y digo yo, ignorante médico, que pasaría si a unos pulmones inflamados se le les insuflaría ese tipo de aire, o no se que características de aire, el frío es un antiinflamatorio, y con gas antiinflamatorio? no se si existe

    Supongo que los habrá pulmones poco y muy inflamados, e incluso que vayan inflamándose progresivamente

    Hasta he pensado en adquirir un aparato que me proporciones aire húmedo y fresco cuando alguna vez tengo tos seca, que ya hace mucho. En su día lo pensé. Para ablandarla, y de tener tos seca a tos blanda hay un abismo, con tos balnda duermes, con tos seca no.

    Y lo del ibuprofeno, me refería 1 a sus horas, no sobredosis. No van a probar algo tan sencillo y que lo he comprobado 100% éxito con el catarro común. Milagroso. No me creen? como el médico.

  9. Fer
    2020-04-18 Responder

    A la calle los inmunes y la mitad de los que no en semanas alternas

  10. Alberto Aguirre
    2020-04-18 Responder

    Siempre me llama la atención la terquedad humana por intentar no asumir determinadas realidades. A mí también me pasa, debe ser un mecanismo de supervivencia, que seguro ha tenido su éxito a lo largo de nuestra evolución.
    En el artículo se plantea la situación en la que estamos, y estaremos, y creo que sin justificar en demasía ninguno de los pasos que se hayan dado o dejado de dar.
    La terca realidad es que este virus, como muchos otros con los que convivimos, ha venido para quedarse. El problema es nuestra vulnerabilidad ante él.
    Es un ejercicio loable intentar proyectar cómo va a ser nuestro futuro a corto, medio y, quizás, largo plazo. Mucho más, en mi opinión, que dedicarse a criticar a todo quisque por lo que dice o deja de decir y hacer, mientras me hurgó la nariz con el índice de la mano derecha.
    El futuro se muestra complicado y difícil de gestionar, no cabe duda, debido a la gran cantidad de intereses en juego. Pero también lo era hace seis meses, antes del virus.
    Este es un nuevo reto, de enormes dimensiones. A medio plazo deberemos optar por contagiarnos, si aún no lo hemos hecho, con el fin de acabar con la incertidumbre y de poder centrarnos en nuestra actividad. Va a ser difícil, pero no más que estar todo el santo día escuchando cantos de sirenas.

  11. Manuel
    2020-04-19 Responder

    La primera regla que debería respetar un científico es la de no mezclar hechos con opiniones, que es lo que hace el autor cuando empieza a hablar de economía. El autor dice que alguien tiene que pagar la sanidad pública, cuando los políticos neoliberales corruptos que nos gobiernan se han dedicado los últimos años a destruirla.
    ¿Qué coste tiene garantizar los servicios esenciales de un país si eliminamos la corrupción, los intermediarios inútiles y los comisionistas?

  12. Eduardo Angulo Pinedo
    2020-04-19 Responder

    En primer lugar, los virus llegan a todos, hagamos lo que hagamos. Solo la inmunidad y, por tanto, las vacunas, los detienen.
    Y, en segundo lugar, el texto de Juan Ignacio es, como poco, para meditar y no para rechazar sin más. Es evidente que solo aceptamos lo que nos dicen si coincide con nuestras ideas previas, con nuestra religión aunque se le llame ideología, cuando encuentra en nosotros el soporte emocional aceptado previamente. Nuestras creencias previas aprueban o niegan los hechos que, como dice Alberto Aguirre, es una conducta que quizá ha tenido éxito en la evolución de nuestra especie pues ayuda a la cohesión del grupo, nos une más a los nuestros y rechaza a los otros.

  13. Joseba
    2020-04-19 Responder

    Creo que el artículo recoge la opinión de un buen comunicador y que tiene en cuenta los componentes fundamentales del sistema que se intenta analizar (entendido sistema como “objeto complejo cuyos componentes se relacionan entre ellos en mayor o menor medida”).

    Está claro que el artículo no se ha escrito en 5 minutos y que se ha editado concienzudamente con el fin de aportar coherencia a lo redactado. No se puede decir lo mismo de alguno de los comentarios o críticas que ha recibido, para mí injustificadas. Como apunta Esther Vicente, parece que sus autores ni se han tomado la molestia de leerlo o lo han hecho de manera superficial. Hay incluso quien sugiere que el autor es “asesor del GV” [sic] para, a renglón seguido y sin despeinarse, escribir “yo prefiero pararlo todo y erradicar el virus” [sic]. Ya me gustaría que nos explicase cómo se resolvería el problema con este planteamiento. PARARLO TODO significa estar sin agua, sin luz, sin hospitales, sin alimentos… ¿Acaso cree que para que podamos disfrutar de todo esto no es necesaria la intervención humana? Claro que parándolo todo se resuelve el problema. Pasaríamos TODOS a mejor vida, incluido el virus.

    De haberlas, las únicas críticas aceptables serían las de aquellos que hayan observado contradicciones o inexactitudes en la redacción del artículo y nos lo hagan saber. Por mi parte, lo que yo he encontrado en el artículo es: mucho trabajo, mucha prudencia, mucha pedagogía, mucho realismo y mucho “material” para la reflexión personal.

    En resumen, agradezco a Juan Ignacio Pérez su esfuerzo.

  14. Por fin una voz autorizada que se atreve a decir en público lo obvio.

    No podemos estar encerrados ad infinitum. El dinero no crece en los árboles, y la pobreza es tan mortal y cruel como un virus; intentemos no tener ambas desgracias a la vez.

    Eskerrik asko!

  15. Jesualdo Carcelén
    2020-04-19 Responder

    Solo por enriquecer el debate, no dejo de darle vueltas a la necesidad de hacer test de PCR a la población..para qué?..en zonas endémicas, por ejemplo de malaria, resultarían positivos casi en el 100% de la población!..lógico!..al final todos "contactan" con el patógeno y la detección de su material genético es segura..y qué?..desde el punto de vista clínico no tiene relevancia alguna. Como se sabe la infección no es igual a enfermedad, esa es mi primera clase a mis alumnos. Siempre hay una poblacion (y hablo siempre de infectados) resistentes naturales, genéticos (en algunas enfermedades de hasta el 10-15%), otra de latentes no evolutivos (no evolucionan clínicamente, controlan, su sistema inmune es efectivo no excesivo y controlado, y su carga del patógeno es tan baja que incluso no son potenciales transmisores), otros son latentes evolutivos (o incubando o lentos) que al final evolucionarán a patentes clínicos (oligo o polisintomáticos). Desde el punto de vista del control, las poblaciones a vigilar son estos últimos(latentes evolutivos o patentes). El PCR no distingue. Es una herramienta muy sensible, y por ello no distingue entre material genético "vivo" del producto de la acción, lisis y control del sistema inmune. Para qué un PCR?. Desde el punto de vista del conocimiento de población infectada es útil..y?..cual de ella es resistente, y cual latente no evolutiva?. Existen otras herramientas inmunológicas(no me extiendo) que tienen valor pronóstico, muy estandarizadas y basadas en la detección de anticuerpos "efectivos" que controlan el proceso y lo limitan. Si estamos confinados, de qué sirve un pcr?..me refiero a la población"sana". Lo lógico es tener en cuenta y detectar a aquellos que clinicamente pueden empeorar, contagiar y suponer "per se" el eslabón de la cadena. Sería muy largo de comentar aqui. Es mucho lo que decir y pocas ganas de escribir. Así que, finalizando:
    - Sí al confinamiento realizado
    -No al PCR por sistema, de qué sirve en población clinicamente sana, en zona "pandémica"?
    - Sí al PCR al paciente que llega, pero despues hacer test inmunológico de pronóstico
    - Sí al desconfinamiento pasado este periodo, manteniendo las medidas higiénicas, de socialización, de masificacion etc hasta vacuna o tratamiento
    - Sí al estudio del empleo de sueros hiperinmunes de pacientes curados mientras llegan las medidas de vacunacion y tratamiento efectivo
    -Si a que opinen los que saben, y orienten, y comuniquen. No estudié periodismo, soy Doctor en Biomedicina, Premio Extraordinario de Doctorado, Master en Investigación clínica, formé parte del equipo que desarrolló la primera vacuna recombinante efectiva frente a un parásito, mas el desarrollo de tests inmunológicos de diagnóstico y pronóstico, y un largo etc curricular..y soy prudente en mis opiniones. Por ello, agradezco su aportación. Más personas como usted, y menos "opinadores" profesionales sin formación mínima. Es desesperante.
    Gracias!
    -

    • Ana peña raigal
      2020-04-26 Responder

      Muchas gracias por tus aclaraciones, esto es un lío, todos reclamando test, pero sin saber para que?, Como dice Doctor Simón hay que saber interpretar los datos.

  16. Javier Larrea Cuena
    2020-04-21 Responder

    Gracias.
    Estupendo artículo.
    Clarísimamente explicado.
    Con conocimiento y autoridad.
    Lo comparto absolutamente.
    Desgraciadamente, siempre hay quien lee a medias buscando interpretaciones políticas y predispuesto a adoptar posturas de oposición desde una posición preconcebida.
    A quienes mantienen de forma fundamentalista que la única opción es el confinamiento prolongado, se le debe informar que de los aproximadamente 50 millones de personas que mueren anualmente en el mundo, 15 millones mueren debido a la pobreza y el hambre. Esa es la peor pandemia del planeta. Solo quienes no han reflexionado adecuadamente sobre las consecuencias de paralizar nuestra actividad productiva, pueden mantener una oposición radical en contra de las recomendaciones de todos los expertos mundiales y locales.
    Mi opinion es que mientras no haya vacuna debemos avanzar en la identificación precisa de los más vulnerables (algunos ya los conocemos) como las personas mayores y tratar de protegerlos mediante un sistema de bunkerizacion. Se podría realizar estableciendo un sistema público de residencias en el que esten refugiados de forma voluntaria los mayores sanos (negativos en el test) atendidos por trabajadores y personal asistencial que haya dado positivo y quienes hayan superado la Covid-19. Por otra parte, los mayores que hayan superado la enfermedad pueden estar en cualquier tipo de residencia sin problemas o en sus hogares o con sus familiares. Las personas que tengan patologías identificadas como vulnerables deberan ser advertidas de su responsabilidad de adoptar las medidas de protección necesarias para evitar su contagio.
    Bueno, supongo que los responsables de las decisiones y de adoptar las medidas lo estudiarán convenientemente y tomarán las mejores decisiones.
    Saludos.

  17. Belén Tarrafeta
    2020-04-22 Responder

    Muy de acuerdo con el artículo. Simplemente algunos comentarios adicionales:
    1- Creo que en Europa ha habido un error al intentar controlar la pandemia con criterios simplemente sanitarios. Cuando en Africa se hacen intervenciones de salud pública, se enfrentan integrando también a antropólogos y sociólogos, trabajadores sociales, farmacéuticos, expertos en logística, etc. para tomar medidas adecuadas y adaptadas a la realidad.
    2- El segundo error a mi juicio es que hay un enfoque de control "clínico" y no de salud pública. Los tests PCR si se hubieran utilizado desde en inicio como una herramienta de vigilancia epidemiológica y no simplemente para diagnosticar al paciente, nos estarían dando hoy datos mucho más precisos y útiles de los que tenemos. Invertir en vigilancia epidemiológica es esencial. Eso dice la OMS cuando habla de hacer muchos tests. El problema es que los médicos lo interpretan sólo desde el punto de vista clínico.
    3- Siendo consciente de que el COVID va a continuar en olas de mayor o menor amplitud, no entiendo por qué esa prisa de desmantelar los centros de atención de COVID como el de Ifema. Si se quiere recuperar la atención sanitaria normal, lo ideal sería separar la atención sanitaria de coronavirus del resto, para que el COVID no ocupe durante meses una proporción desmesurada de la capacidad de los centros sanitarios.

  18. Masgüel
    2020-04-26 Responder

    Epidemiological Modeling, Policy, and Covid-19
    https://www.youtube.com/watch?v=ErsVu3br39Y


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