Conjeturas


Cultura

No hay especies más antiguas, ni lenguas tampoco

2017-08-02 5 Comentarios

En biología tenemos a veces la debilidad de referirnos a unas especies como antiguas, de considerarlas más antiguas que otras. Decimos, por ejemplo, que las esponjas son muy antiguas. Con las lenguas hacemos algo parecido. Así, decimos del castellano que es una lengua joven, mientras el vasco, por ejemplo, es antigua. Pero lo cierto es que no hay especies antiguas y nuevas, o viejas y jóvenes. Tampoco lenguas. Todas, especies y lenguas, remontan su existencia a los orígenes, a los de la vida en un caso y a los del lenguaje, en el otro.

Todos los seres vivos retrotraemos nuestro linaje hasta las primeras formas de vida que aparecieron sobre la faz de la Tierra y fueron capaces de dejar descendencia tras de sí generación tras generación. Todos somos herederos de aquellas formas y, por lo tanto, todos los linajes, sean del reino que sean, del filo que sean o de la familia o género que sean, tienen la misma antigüedad, tanta como la vida terrestre tiene.

Lo mismo ocurre con las lenguas. Es cierto que la lengua vasca se diferenció de otra u otras lenguas en la noche de los tiempos. No creo que sepamos cuándo ocurrió eso porque desconocemos cuál es su procedencia; su parentesco con otras lenguas o grupos de lenguas es un misterio. Pero eso no la hace más antigua que las demás. El castellano se diferenció hace unos pocos siglos de otras lenguas romances, pero sigue siendo, como ellas, un latín modificado. Y el latín, a su vez, hace algunos milenios se diferenció de otras lenguas indoeuropeas, pero siguió siendo un indoeuropeo modificado. Y así podemos seguir hacia atrás, hacia esa noche de los tiempos a la que antes me he referido.

Es cierto que en esta forma de expresarnos subyace una cierta convención. Damos por buena la identificación entre antigüedad y tiempo transcurrido desde que se diferenció de otros linajes, sean biológicos o lingüísticos. Pero aunque sea una convención, en biología no es una práctica recomendable porque contribuye a alimentar equívocos acerca de la evolución. Seres humanos y chimpancés procedemos de un mono que vivió en África hace unos ocho millones de años, pero ninguno de los dos somos más antiguos que el otro; nuestros respectivos linajes se separaron hace unos seis o siete millones de años, pero ambos tienen la misma antigüedad. Ambos linajes han experimentado cambios por deriva genética y por selección natural; quizás uno de los dos ha experimentado más cambios que el otro, pero si así fuera, eso no haría a uno más antiguo que el otro.

En relación con las lenguas tampoco me parece una práctica recomendable esa imputación de antigüedades. No hay jerarquías –no debiera haberlas- entre lenguas. Ninguna lengua es mejor o peor, más o menos útil, más o menos valiosa, más o menos merecedora de cultivo y protección por el hecho de que diferenciara antes o después de otras lenguas. Todas hunden sus raíces en los albores de la humanidad. Todas proceden de los primeros balbuceos de unos homininos que se esforzaron por comunicarse con sus vecinos mediante señales vocálicas. Somos, por ahora, los últimos eslabones de esa cadena. Todos hablamos lenguas que, de una u otra forma, a través de unos u otros vericuetos biológicos, geográficos, sociales y económicos, han llegado hasta aquí transformándose de forma continua, pero procedentes de un mismo código de señales vocálicas; en definitiva, de una misma lengua o protolengua. Todas las lenguas del mundo tienen la misma antigüedad.



5 Comentarios En "No hay especies más antiguas, ni lenguas tampoco"

  1. Io
    2017-08-04 Responder

    Rotundo titular con escasa consistencia, para mi, en el desarrollo de esta entrada.

    Aún no acierto a comprender lo que pretende.

    No basta con la rotundidad de una formulación para que su contenido adquiera vigencia, como evidencia el ideal encerrado, por ejemplo, en el artículo 1 de la Declaración Universal delos Derechos Humanos:
    " Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros."

    • Flora García Tobías
      2020-01-18 Responder

      En buena parte me sumo a que se trata de un rotundo titular con escasa consistencia. Al menos en el sentido de que si lo aceptamos nos cargamos la posibilidad de sistematizar el estudio de todo lo que se haya encontrado sometido a desarrollos y procesos. Por ejemplo, si aceptáramos la propuesta del titular aplicada al desarrollo de la organización social del ser humano en cuanto a la conformación de las profesiones, no podríamos decir que la aparición de los agricultores es posterior a la de los cazadores, o la de los informáticos a la de los mecánicos, a no ser que a los efectos de nuestro estudio neguemos la existencia del tiempo o supongamos que al menos incipientemente todas las profesiones estaban ya presentes en el big bang, lo que aparte de ser absurdo nos conduciría a la inoperancia científica.

  2. Daniela
    2019-01-18 Responder

    espectacular....

  3. Joaquín
    2019-11-18 Responder

    no veo el qué no se comprende. La idea que se expone es clara y claramente asumible. La finalidad: una mayor concienciención del ser de la tierra, es decir de nosotros mismos. ¿O es que esto último tampoco se entiende?

  4. Eutimio Saavedra
    2020-04-10 Responder

    Como hipótesis, me parece muy coherente y bien sustentada este enfoque, aunque suscita mucha polémica, pero es innovadora desde luego.


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