Conjeturas


Sociedad

Faltan vocaciones hosteleras

2022-06-09 3 Comentarios

Hoy me he encontrado con este tuit. Es de un empresario hostelero:

No es el único. Y no solo en tuiter se dicen estas cosas. También en la calle. En la radio.

Trabajé en un restaurante hace 45 años. Trabajé en la cocina de julio de 1977 a octubre de 1978. Los dos veranos lo hice a jornada completa, de 10:00h a 16:00h y de 20:00h a 24:00h, todos los días. Cuando me iba de juerga al salir de trabajar, pasaba antes por casa a las 8:00h de la mañana para darme una ducha, desayunar algo, coger el tren y plantarme en el restaurante. De octubre de 1977 a junio de 1978 trabajé los fines de semana; empezaba la tarde del viernes y hasta el domingo. Los días laborables los dedicaba a ir a clase y a estudiar.

Después de aquello tomé una decisión: salvo penuria extrema, nunca volvería a trabajar en un restaurante, ni en nada que tuviera que ver con la hostelería. He tenido la fortuna de haber podido llevar a la práctica aquel propósito.

¿A quién sorprende que no haya camareras? Dice ese hombre que hay 3 millones de parados y que no entiende cómo es posible que estén cobrando el desempleo. Merece la pena echar un ojo a las respuestas que le han dado. Quizás así y con experiencias no tan diferentes a la mía de hace 45 años se entienda que no haya gente dispuesta a dejarse las pestañas en los fogones.

Creo que en España hay muchos bares, muchos restaurantes, muchos hoteles. Demasiados. La mano de obra es muy barata y así se pueden ofrecer precios bajos. De esa forma, la gente sale más y consume más, y vienen más turistas. Sueldos bajos y condiciones laborales manifiestamente mejorables, creo que esa es la clave de una hostelería excesiva y un sector turístico muy competitivo. No es casualidad que cada vez más puestos de trabajo en el sector estén ocupados por personas de origen extranjero; son las que están dispuestas a trabajar en condiciones más penosas. Espero que me perdonen este alarde de ignorancia. No soy economista; expreso opiniones, seguramente no demasiado bien fundadas, basadas en percepciones e intuiciones.

Creo que esto no es sostenible, que es un sector sobredimensionado. Y pienso que antes o después tendrá que sufrir una reconversión. Tendrán que cerrar muchos negocios porque habrá que mejorar las condiciones laborales; eso elevará los costes, de manera que los precios subirán. Se consumirá menos; además, con una inflación disparada y sin visos de atenuarse en los próximos meses, mucha gente no dispondrá de recursos para gastarlos en copas, cenas y vermús.

Dice un amigo que sabe algo de economía -muchísimo más que yo, desde luego- que quienes inicien la transición serán los que se estrellen y que quedarán los que tengan mejores condiciones para aguantar. Nadie quiere ser el primero. Así será; supongo que así ha sido siempre que se han producido ajustes espontáneos. Es el mercado, amigos y amigas.

Para quien, como es mi caso, se lamenta de que nuestras ciudades se hayan convertido en gigantescos bares callejeros, esto no son malas noticias. Quizás de esta forma se empiecen a valorar más otras cosas. Quizás así se empiece a cuestionar de una vez por todas la conveniencia de basar el crecimiento en un sector tan devaluado, tan masificado y tan sobredimensionado.

Conste que me encantan los bares y los restaurantes; son algunas de esas cosas de la vida que por casi nada del mundo querría perder. Las tabernas, en sus diferentes variantes, son templos sociales, máxima expresión, junto a las librerías, de la civilización.

Pero que me encanten los bares y los restaurantes es una cosa, y que los bares estén sustituyendo a los negocios y tiendas familiares de nuestras calles, otra. Los pequeños comercios poco pueden hacer frente a Amazon, a las grandes superficies o a Zara, por citar solo algunos leviatanes. Los bares, sin embargo, no tienen amazones o zaras con los que competir; solo se tienen a ellos mismos.

Hablo de la hostelería pero, sobre todo, hablo de la vinculada al turismo. Hablo, por tanto, del turismo, y con el turismo, de los vuelos baratos, del urbanismo feo y feísta, del deterioro medioambiental que conlleva, de la degradación del entorno físico que provoca, de la homogeneización cultural que genera. Hablo de todo eso.

Lo lógico, por cierto, sería que dejase de ser promocionado. Aunque se me ocurre que, animadas por la patronal del ramo, las instituciones quizás opten por lanzar campañas para promover vocaciones hosteleras. Al fin y al cabo, es lo que hacen con las vocaciones científicas y de carreras STEM en general; la hostelería tiene, en la ciencia y la tecnología, un espejo en el que mirarse.

Esto puede parecer irónico; de hecho pretende serlo. Espero que me perdonen por hacer uso de un recurso que detesto. Este asunto -el de la promoción de vocaciones científicas- (también) me cabrea. Y es que no dejo de encontrar un cierto paralelismo entre la ciencia y la tecnología, por un lado, y el turismo y la hostelería, por el otro.



3 Comentarios En "Faltan vocaciones hosteleras"

  1. Victor
    2022-06-22 Responder

    Bravo: el “finale” (últimos párrafos y video) cierra esta obra de forma magistral. A modo de “coda” musical (o epílogo) a ello, añadiría que los jóvenes investigadores no podrán establecerse en nuestro país, dado que para realizar sus tesis doctorales solo podemos ofrecerles menos que el salario mínimo interprofesional mediante los actuales contratos predoctorales (antiguas becas predoctorales). Alguna administracion pública realmente piensa que la ciencia y la investigación es importante?

    • conjeturas
      2022-06-22 Responder

      Gracias, Víctor.
      No sé si se puede hablar de la Administración como ente pensante. No me entiendas mal: en la administración hay muchas personas que piensan y muy bien. Lo que quiero decir es que la administración, tal cual, no piensa, de la misma forma que el Athletic Club no piensa, o la Bolsa, por poner ejemplos de entes que, por no ser personas físicas, no piensan. Pero entiendo lo que dices. No estoy al tanto de cómo están las cosas, pero no son raras las actuaciones contradictorias o inconsecuentes. Yo sí creo que en la administración hay gente que piensa que la ciencia y la investigación es importante. Lo que ocurre es que la importancia no casa bien con la urgencia y, por otro lado, todo es según con qué lo compares. Yo creo que en Euskadi lo más importante es el balompié. A cualquier efecto. ;-)
      Gracias por tu comentario y por tus visitas a este txoko. :-)

      • Victor
        2022-06-23 Responder

        Muchas gracias, Iñako.

        Me reconforta leer opiniones tan bien fundadas y expresadas. Es verdad que el balompié, el turismo y la quema de queroseno sin necesidad en creciente numero de vuelos baratos se está promoviendo fuertemente desde lo público y lo privado, por mucho que se afirme (pero no se practique) que el medio ambiente debe cuidarse. Efectivamente, no son raras las actuaciones contradictorias o inconsecuentes, como bien dices.

        Sí, yo también creo que muchas personas de las administraciones -excelentes personas muchas veces- intentan ser consecuentes con sus ideas de mejorar la vida de las personas, y en particular promover la ciencia y la investigación, en lo que creen. Sin embargo, como símil de nuestras administraciones, podemos imaginarlas como un enorme superpetrolero, que no puede corregir su trayectoria salvo que su navegación esté previamente bien planificada a largo plazo hacia buen puerto, y además que su timonel pueda medir y leer atentamente los sensores, para retocar de forma continua los controles.

        Por datos un poco más concretos, la reciente convocatoria para contratación de jóvenes investigadores para hacer su tesis doctoral en nuestra universidad establece en su Base 5.8 la retribución:

        https://www.ehu.eus/documents/2921038/37257539/Convocatoria_PIF_2022_es_v2.pdf/fe490d4d-95e7-87be-38a7-15e4f37cef7a?t=1654000845206

        que bebe del Artículo 21 de la Ley 14/2011 LCTI:

        https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2011-9617

        y del Articulo 7 del Real Decreto 103/2019 del Estatuto del personal investigador predoctoral en formación:

        https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2019-3700

        Para evitar lectura de textos farragosos, cito aquí que en cualquier caso de estos artículos:

        “La retribución de este contrato no podrá ser inferior al 56 por 100 del salario fijado para las categorías equivalentes en los convenios colectivos de su ámbito de aplicación durante los dos primeros años, al 60 por 100 durante el tercer año, y al 75 por 100 durante el cuarto año. Tampoco podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional que se establezca cada año, según el artículo 27 del Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores."

        La cifra concreta es difícil de obtener de estos textos así que pregunto a un doctorando de mi departamento, que me dice que gana hoy 970 euros al mes.

        Creo que el superpetrolero esta desviando su trayectoria. Por poner ejemplos cercanos de mi propio departamento, jóvenes (y ya no tan jóvenes) investigadores se han establecido estos últimos pocos años en: la ESA (en Paris), en el MAX IV (en Lund), en el Helmholtz-Zentrum Berlin (3 personas ya), en la Universidad de Edimburgo (participando en el más emocionante experimento del siglo XXI: LIGO), y seguro que me olvidaré de muchos otros. A mí, por una parte, me enorgullece que hayamos podido ayudar a nuestros estudiantes a situarse en estos lugares, pero por otra parte me entristece no poder ofrecerles medios para mantenerlos aquí. La ultima invitación de tesis doctoral a un entusiasta y brillante alumno fue como sigue: nos agradeció sinceramente la invitación, pero al no encajar bien las cifras retributivas para vivir independientemente, nos solicitó ayuda para buscar tesis fuera. Así lo hicimos y hoy realiza su tesis doctoral en Suiza (PSI y CERN).

        Seria bueno ir enderezando las trayectorias del superpetrolero, aunque es posible que no se considere necesidad de mejora. En cualquier caso, seguiremos optimistas.

        Muchas gracias por este excelente txoko que tanto inspira.