¡Ni un día más encerradas en las mazmorras frigoríficas!
Hace unos días puse este tuit:
Me parecía un escándalo que el Ministerio de Sanidad mantuviese almacenadas centenares de miles de dosis de vacuna de Astra Zeneca en contra del criterio de los técnicos del propio Ministerio y del conjunto de la comunidad científica.
Me respondió Gaspar Llamazares, señalando que no había garantía de que fuera a haber suficientes dosis para vacunar a los miles de personas (trabajadores esenciales) menores de 60 años que habían recibido la primera.
No acepté su argumento porque la Ministra de Sanidad, en todas las ocasiones en que se ha pronunciado al respecto, ha invocado razones de seguridad, no de disponibilidad de dosis. Ha declarado que se trataba de garantizar que las vacunas que se administran sean seguras. Se refería a la decisión de paralizar la campaña de vacunación con Astra Zeneca a cuenta de las muertes por trombo vinculadas a esa vacuna. Me referí a ese asunto los pasados 23 de marzo y 8 de abril.
Luego ha llegado la decisión del Ministerio de Sanidad que se inclina definitivamente por administrar una segunda dosis de Pfizer a los menores de 60 años a quienes se ha administrado la primera de Astra Zeneca, pero admitiendo la posibilidad de que puedan optar, si así lo desean, por recibir la segunda de esta misma marca. Merece la pena, por cierto, conocer las dudas de Íñigo de Miguel en relación con esa decisión.
Mi visión sobre este asunto ha cambiado en los últimos días. El departamento de Salud del Gobierno Vasco comunicó el viernes que ofrecería la posibilidad de mantener la inoculación con Astra Zeneca si se firmaba el consentimiento informado y -aquí llega el dato relevante- si había dosis disponibles.
De repente, el argumento de Llamazares adquirió, a mis ojos, total credibilidad. Y llegué a la conclusión de que, desde un primer momento, la cuestión de los trombos había sido, en realidad, un argumento útil, pero no la razón de fondo. Los datos que aporta hoy El País relativos al incumplimiento de Astra Zeneca son palmarios. En otras palabras, con independencia de cuñales fueran las razones por las que se paralizó en su día la vacunación con Astra Zeneca, lo cierto es que los incumplimientos de esta empresa en la entrega de las dosis acordadas hacen muy difícil, si no imposible, garantizar que se puedan cumplir las previsiones de vacunación con su fórmula.
Lo que no entiendo es por qué no se ha explicado esa dificultad con claridad a la opinión pública. Detesto la opacidad, y que se nos trate como a menores de edad y no como a ciudadanos. Por eso, esta mañana he puesto este tuit:
Hay quienes, ante la decisión de Sanidad, piden que su vacunación se complete con la segunda dosis de Astra Zeneca. Yo mismo lo he aconsejado respondiendo a una consulta que se me ha hecho. Ahora no lo veo de la misma forma.
Por un lado, Javier Armentia, tanto en tuiter como en una conversación entre amigos me preguntaba, días atrás, que qué más me daba, que lo que había que hacer es vacunarse con la que nos den porque, sea cual sea, contaría con todas las garantías, como ocurre con el resto de fármacos que consumimos sin prestarles mayor atención. Tenía razón. El asunto de las vacunas nos ha llegado a obsesionar tanto que reaccionamos en exceso a cualquier estímulo que tenga relación con él.
Mi problema, en realidad, no tiene demasiado que ver con que se ofrezca una u otra vacuna, sino con el descrédito que ha arrojado el Ministerio a las vacunas, en general, y con la poca consideración que nos ha demostrado al no hablar claro en todo momento.
Mi tuit ha tenido numerosas respuestas de diferente cariz, que no voy a valorar. Me interesa ahora un aspecto concreto de esta cuestión. Ha habido algunas respuestas en las que se afirmaba que debían reservarse las dosis necesarias para garantizar que se completaba la inmunización con la misma vacuna. De hecho, algunos han echado de menos, incluso, que el Gobierno Vasco no haya mantenido la política inicial de guardar parte de las dosis recibidas para garantizar la segunda.
Y de repente, en medio de todo este lío, me ha venido a la cabeza este tuit de Ugo Mayor:
Sí, la primera dosis está provocando un efecto que ya se había visto en otros países. Está salvando vidas, porque la tasa de mortalidad por infección (fatality rate) está cayendo de forma acusada por efecto de la vacunación; en dos o tres meses se ha reducido a la mitad, ha caído de un 1,5%, aproximadamente, a 0,7%. Lo que esas cifras indican es que en diciembre pasado, por cada 1000 casos de covid que se detectaban (mediante PCR o test de antígenos), morían alrededor de 15 personas, mientras que a primeros de mayo, solo han fallecido 7, aproximadamente.
Además, aunque no la evite completamente, lo más probable es que la vacunación, incluso con una única dosis, reduzca la transmisión del virus. Por lo tanto, las vacunas administradas estarían salvando vidas por dos vías diferentes, reduciendo la transmisión en un cierto porcentaje, por un lado, y evitando la muerte de las personas vacunadas que se contagian, por el otro.
Se plantea así un interesante dilema ético. ¿Debe favorecerse la pauta de vacunación de la forma en que preveía el fabricante, guardando dosis para completar la inmunización y seguir así el criterio de la EMA, por si la combinación de dos fórmulas no tuviese las garantías de eficacia o seguridad que tiene la fórmula única? ¿O se deben administrar todas las disponibles y salvar así cuantas más vidas mejor, aunque haya que completar la inmunización con otras vacunas?
Hay que tener en cuenta, además, que el suministro de vacunas aumentará y que, conforme pase el tiempo, nuevas marcas llegarán y serán administradas.
Tengo 60 años; hace tres semanas me dieron la primera dosis de Astra Zeneca. Hasta ahora había pensado que me debían dar la segunda de la misma marca. Hoy ya no lo pienso. No me importaría que me dieran cualquier otra para completar la inmunización. Prefiero que mi segunda dosis no la guarden hasta que me corresponda a final de julio, porque esa segunda dosis podría salvar una vida.
Por esa razón, retomo un tuit que había puesto, en otro contexto, hace unas semanas:
Pues eso.
Nota: He modificado el texto en la línea de lo que apunto en mi respuesta al segundo comentario de Uxune M. Creo que ahora el dilema aparece con más claridad. Es lo bueno de tener lectoras críticas y perspicaces.
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